Lo que hemos aprendido de enseñar/estudiar de forma remota
Al principio de la década de los 70 se decide crear la Universidad Libre a Distancia antecedente de la actual Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Hoy en día la educación a distancia u online ha avanzado extraordinariamente y no solo en el ámbito de las soluciones tecnológicas y de comunicación al servicio de la docencia remota, sino también en lo que se refiere a los contenidos y al soporte pedagógico que acompaña cualquier aprendizaje.
La filosofía que primaba en los orígenes de la educación a distancia era democratizar la formación a través de facilitar la accesibilidad en los núcleos de población más alejados. La aparición de Internet y de las plataformas LMS (Learning Management System) al servicio de la educación online y otras soluciones de comunicación por videoconferencia o de control remoto de escritorio ha significado una mejora sustancial.
Si en la formación presencial el núcleo principal era el profesor, la nueva formación online pone al alumno en el centro del sistema y añade un conjunto de características y facilidades como son la autonomía, la flexibilidad horaria, la posibilidad de conciliación o la actualización constante de los contenidos. Pero no todo es una panacea ya que en las especialidades con alta carga de práctica manual y aunque el vídeo, la simulación 3D, etc. han venido a disminuir las dificultades de aprendizaje, es bien cierto que hay cosas que no son posibles sin el manejo presencial de una máquina, una solución informática específica, etc.
Ahora bien, realidades como la actual de una sociedad aislada y en cuarentena, la formación online ha sido el recurso necesario, aún con todas las dificultades, para sacar adelante el curso académico en todos los niveles formativos, pero igualmente ha sacado a la luz el déficit de acceso y capacidad de uso de múltiples alumnos de las clases sociales más desfavorecidas.
En términos particulares y como toda la situación nos vino de improviso, tuvimos que adaptarnos exprimiendo las posibilidades que ofrecían tecnologías ya usadas con otras pretensiones y en circunstancias diferentes, tales como Skype o Zoom, grabaciones y producción del desarrollo de patrones mediante sistemas informáticos con Camtasia, manejo remoto por parte de los alumnos de nuestros ordenadores con Teamviewer, comunicación constante via WhatsApp, etc.
Tres de nuestras alumnas, Marlena, Inés e Isabel, han querido participar en una encuesta sobre lo que para ellas ha supuesto estudiar desde casa.
Para ellas, el cambio hacia las clases online vino cargado de mucha incertidumbre, sobre todo les preocupaba tener que montar las prendas solas y temían la suspensión del curso. En un solo día, tanto alumnos como profesores, tuvieron que adaptarse a una nueva forma de aprender y de enseñar.
Nuestras alumnas apreciaron la rapidez con la que los profesores se adaptaron y encontraron soluciones. Una de las palabras que más utilizan en el cuestionario es la disponibilidad del profesorado cuando les surgía cualquier duda.
Para ellas, estudiar a distancia les ha enseñado a ser más organizadas, tienen menos miedo de equivocarse y son más decididas a la hora de solucionar problemas que se les presentan en los patrones.
Nuestra alumna Isabel nos ha grabado el siguiente vídeo explicando su experiencia.
Las tres recomendarían Esupat para llevar a cabo un curso de patronaje online porque las clases son más privadas y particulares.
Gracias Marlena, Inés e Isabel por vuestra participación en esta experiencia y por confiar en nosotros.